lunes, 21 de abril de 2014

Tu sonrisa, siempre me enamorará.


Que corras detrás de mí, que me tires en tu cama y me hagas cosquillas, que te quedes encima de mí y que tu mirada y la mía se cruce, que sonrías y bajito digas “te quiero”.

Mil veces lo he pensado y mil veces lo pensaré. Tú eres esa razón por la que dejaría todo, absolutamente todo. Ya es cuestión de basarse en unos principios, y tú eres el mío. Te quiero, y aunque el futuro no esté escrito, aunque todo cambie y cambie y las cosas no sean lo que son aquí y ahora, quiero escribir mi destino contigo. Quiero que cada rincón de mi cuerpo grite tu nombre una  y otra vez sin cansarse. Quiero estar siempre contigo, en las buenas y en las malas, en los besos y en los abrazos, en tus brazos y tus añoros. Quiero ser la razón por la que dices te quiero, o bien por la que dices te amo. No pido ser todo tu universo, pero al menos tu parte favorita. Que al decir mi nombre sonrías como un tonto enamorado, que al pensar en mí suspires y digas bobadas. Quiero todo esto porque es lo que me pasa, y no quiero que las cosas cambien. Nada es seguro, pero a tu lado me siento como en un barco en el cual soy yo la que lo navega, pues me haces sentir  la capitana de mis sentimientos y de la seguridad de que esto dure. Pasan mil cosas y pasarán infinitas más, pero quiero cerciorarme, de que en todas esas cosas, tú estarás aquí, a mi lado, sacándome sonrisas y siendo el motivo por el que amo, siendo el motivo por lo que soy. Cada pedazo de mi existencia te tiene en mente, pues no hay cosa que haga sin pensar en ti, en tus ojos. Esos ojos que me enamoraron, que han hecho que crea en cosas que antes no creía y que me han cambiado. No pido que me traigas la luna, solo pido que esto no cambie, y que sin ser perfecto, para mí lo es. Lo eres todo, y ese todo, quiero convertirlo en un sin fin, porque ese sin fin, a los ojos de los demás les parecerá una tontería, pero para mí ese sin fin es un para siempre “te querré”.